La Sexta, canal de televisión en España, había anunciado en las redes sociales durante este mes de noviembre de 2024 la emisión de un programa en el que su presentador, Gonzo, se desplazaba a la isla de La Palma para comprobar el estado de la recuperación tras 3 años de acontecida la erupción que enterró bajo la lava barrios enteros de los tres municipios afectados (El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte).
Para los afectados y damnificados de la erupción de Cumbre Vieja en 2021 es de gran importancia que se de visibilidad a un gran problema aún no resuelto, para poner el foco en la denuncia de lo necesario que es cambiar los ritmos y agilizar las soluciones que muchas personas aún esperan para poder plantearse reiniciar sus vidas.
El canal de televisión emplazó a los espectadores a ver el programa no para el día 17, fecha ya prevista, sino para el 24, y anunció que lo hacía porque tenía que actualizar datos. A todos nos sorprende esto, pero pensamos que quizá les faltó algo que podía ser importante incluir, y esperamos a la emisión de este pasado domingo día 24.
La sorpresa, el enfado, la vergüenza, y hasta la rabia, emergen de nuevo como sentimientos cuando visto el programa comprobamos que del mismo eliminaron testimonios o partes de los mismos, al tiempo que incluyeron en la parte final del reportaje el testimonio del Delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana.
Ahora hemos entendido, con todo este mix de sentimientos que nos revuelven, la finalidad de esta inclusión. Se ha querido hacer una especie de resumen positivo de la acción del Gobierno de España ante la catástrofe acontecida en La Palma, en la que el Delegado del Gobierno pone en valor que el Gobierno Central cuatriplicó las cantidades destinadas a las indemnizaciones o ayudas que por catástrofe recogía la Ley, pretendiendo con eso magnificar el esfuerzo del Estado en una de las mayores catástrofes que a nivel de territorios poblados se habían producido en Europa.
Esto no es casualidad, y es de vergüenza que se haga justo en el momento en el que el Gobierno Central y el Autonómico de Valencia reciben una oleada de críticas a nivel social por la no gestión en la catástrofe de la riada de Valencia, donde que unos y otros no estuvieran donde debían, realizando lo que debían, ha resultado en la desprotección total de las personas a las que como en La Isla de La Palma dejaron expeditas a un resultado además letal en este último caso.
Tal como sucedió en La Isla de La Palma, en Valencia nadie les avisó para lo más elemental, poner a salvo su vida. Tal como sucedió en La Palma nadie dijo “aquí no conviene que fabrique su vivienda”, o bien no realizaron las obras que convenía hacer para su protección tras haber modificado el cauce del rio Turia, exponiendo a los pueblos afectados a lo que ha sucedido, exponiendo a un amplio espectro de edades de población, con distinto nivel para decidir cómo protegerse, desde bebés a ancianos sin movilidad, muriendo muchos de ellos arrastrados y atrapados por la riada sin que sus familiares pudieran hacer nada por salvarles.
En la Isla de La Palma no murió en el mismo momento de la erupción gente por puro azar, por misericordia o física de la propia naturaleza, sólo 500 metros salvaron a la población más cercana de volar por los aires. En este caso ya desde el 11/09/21 se montó un puesto de mando y control para la emergencia, pero entre ese día y el de la erupción, 19/09/21, no se hizo evacuación preventiva de toda la población en áreas que resultaron afectadas, como tampoco desde el año 2017 trascendió ningún tipo de información en relación al extraordinario estudio y monitoreo que según dijeron luego realizaban de la serie de movimientos sísmicos que habían detectado, conociendo luego que ya entonces lo denominaban los científicos enjambres sísmicos.
Todo este detalle lo doy para denunciar que ni el trabajo que realizan científicos, ni políticos o técnicos, pone sobre aviso a la población para su autoprotección; protección que tampoco las autoridades y personal técnico han demostrado estar al nivel de aportar, actuando de forma improvisada y realmente patética ante poblaciones que ya tienen bastante con sufrir su ineptitud, consecuencia de su irresponsabilidad.
Ante todo esto, se forma a posteriori una especie de barrera o escudo de los irresponsables, que se dedican a protegerse de cualquier señalamiento eludiendo responsabilidades y esgrimiendo argumentos de competencias que ni antes ni después ayudan a resolver nada a quienes sufren las consecuencias de sus actuaciones o de la falta de ellas.
Es verdaderamente lamentable que se repita una y otra vez este tipo de situaciones sin que nadie, técnicos y políticos, sean responsables y sin que haya un Ministerio Fiscal que defienda a la población de tantas negligencias en un Estado que debe funcionar para todos, especialmente en situaciones de emergencia.
Las consecuencias para los pueblos de Valencia continúan, con ayudas sin llegar y un sinfín de situaciones muy similares a las contempladas para La Palma, con la diferencia de que en un caso se habla de lodo y muertes, y en el otro de lava y situaciones de vida enterradas sin solución bajo 70 metros de coladas.
Pero continuando con el programa de Salvados, emitido finalmente este 24 de noviembre, puesta toda la situación en antecedentes someros, no es de recibo que un programa que pretendidamente trataba de visualizar la situación actual tras 3 años de erupción se quede en el mensaje final que el Delegado del Gobierno de Canarias de forma clara defiende una gestión nefasta, llena de incertidumbres y falta de transparencia, y que pase por alto que aún a petición reiterada de los damnificados y afectados por la erupción de La Palma se les ha denegado bajo incomprensibles argumentos la posibilidad de acceder a las actas, grabaciones e informes que se manejaron en relación al PEVOLCA (Como comité técnico, político y científico al frente de la gestión de la emergencia volcánica) ocultando así su gestión, una gestión que determinó y determina muchas cosas.
El Sr. Pestana falta a la verdad cuando dice que “todos han recibido 120.000€” es totalmente incierto, todavía continúa la lucha agónica de muchos damnificados en el letargo administrativo del postvolcán, como también pasará en Valencia.
Este señor además durante el postvolcán habló de los damnificados como personas fraudulentas, metiendo en el mismo saco a quienes sí cometían fraude y a los que no; de igual modo que habló de que” no podía favorecer enriquecimiento ilícito”, cuando nadie pretendía otra cosa que intentar recuperar el valor de parte de lo perdido bajo la lava, a lo que no se llega con las ayudas dadas por los distintos entes y mucho menos con la especulación generada, lo cual también va a suceder en Valencia.
En esta situación hay que explicar que no había un mapa riesgo por erupción volcánica que fuera conocido por la población, como que también ninguna Adminstración prohibía construir en zonas que ellos sí conocían de riesgo, así como tampoco se informaba a la gente de esto ni se condicionaban licencias para la construcción a la contratación de un seguro para cubrir riesgos
Miente este señor, como otros del Gobierno Canario diciendo que han llegado a la isla más de 900 millones, haciendo ver que todo ha sido para damnificados, y ocultando que la mayoría de ese dinero ha sido dinero pagado por el Consorcio de Seguros a los asegurados, que no han sido todos, y dinero que han dedicado a obras incluso innecesarias en la emergencia.
De esta desgracia surge lo peor de los seres humanos, esa parte que se protege del mal que ha hecho con la dejadez, la irresponsabilidad, la falta de empatía, el pase de pelota de competencias,” la patata caliente del yo no fui o yo no estaba”, pero estaban todos y cobrando.
La parte más humana es la de la solidaridad de otras personas, las que ayudan sin ser llamadas, las que lloran el dolor de la gente llorando con ellos y empujando.
Se incumple la Ley de Protección Civil, que exige la máxima precaución ante los máximos riesgos posibles, justamente porque pueden no ser bien dimensionados forzando la máxima protección, y que como Ley que debe ampararnos no debe entender de excusas ni de irresponsables, por lo que exigimos el exquisito cuidado que debe darse a la población que formamos, la misma que en los buenos tiempos contribuye y paga impuestos para sostén de tanto enchufado e incompetente.
No, todo no vale, ni todo lo tragamos; por ello invitamos a nuestros vecinos de Valencia a no dejar pasar el año desde que este evento ha acontecido para informarse y denunciar judicialmente cuanto corresponda en la vía penal y en cuanto a responsabilidad patrimonial, dejando colores y banderas que les han robado la vida de los suyos y han expuesto su patrimonio a la pérdida, tanto para la Administración Central como para la Autonómica. Que tengan en cuenta que hay un daño que no tienen por qué soportar, y es el evitable, y ese daño pudo haberse minimizado primero con las muertes, dando un aviso con tiempo suficiente a toda la población para ponerse a salvo; y luego con una actuación de auxilio inmediato, para evitar el mayor número de daños por afección a inmuebles. Que tengan en cuenta los valencianos que denunciar tiene una fecha y que no deben dejar que pase el año sin hacerlo, organícense y háganlo para que las cosas cambien; en esta Isla de menos de 80.000 habitantes no nos escucharon, pero ustedes son más y pueden hacer que caigan los responsables sea cual sea su palo.
Desde la Isla de La Palma denunciamos su situación y la nuestra para que en ambas actúe la Justicia, que ya de oficio tendría que estarnos defendiendo a todos de un funcionamiento anormal de la Administración y de situaciones que no tiene por qué soportar el ciudadano, que además suponen el hundimiento de sus territorios también económicamente.
En cuanto a políticos y técnicos que forman parte de nuestras Administraciones hacemos una llamada a que se centren y cumplan con las funciones que les hemos encomendado y por la que todos cobran mes a mes. No cabe ningún tipo de excusa más ni nos interesan sus diferencias de colores, ni sus convenidos acuerdos de darse cobertura en orden a protegerse de una sociedad que en absoluto ignora la realidad de cuanto pasa.
Y a los medios de comunicación exigimos respeto para el dolor de una población que sufre a quienes les gobiernan.